Cuando te reencuentres con alguien, recuerda no sólo lo bueno, sino también lo malo...
Ser soltero después de los 30, sin duda es una situación complicada y difícil de sortear. La mayoría de tus amigos están casados o por casarse, otros con hijos o a punto de, por lo que las opciones para salir en plan desmadroso disminuyen, y yo sinceramente plan de tercera rueda, con puras parejas y hablar de cómo los hijos de todos son maravillosos ¡Cero! Prefiero salir a cenar o a comer acompañado de un buen libro de desarrollo humano (vulgo: autoayuda). Si a eso le sumamos otras variables: que tienes el dinero para antrear, pero estás agotado para hacerlo tanto; que puedes llevar a quien quieras a tu lugar, pero piensas más en los riesgos, ya los
one night stands no son "tan disfrutables"; eres más "trucha" en el sexo -y para conseguirlo-, pero también más consciente de lo que el sexo casual puede traer: enfermedades, asesinatos, robos, secuestros, etc. Por otro lado el alcohol, que bien que mal da valor, ya no es aliado por el alcoholímetro; en fin... La vida no está fácil... Y lo principal: Tienes que competir con hombres en sus 20´s, 30´s, 40´s, y hasta 50´s...
En la aventura de ser hombre soltero independiente, atractivo o no, fuerte, seguro y profesional; lo divertido es seguir viviendo y construyendo la historia... Mucho escuchamos que hay que seguir tus corazonadas, pensar en que todo irá bien, aunque ese "irá bien" no necesariamente es lo que uno quiere o espera; y sobre todo decidir y hacer, ya que más vale pensar "lo hice y la cagué" a quedarte con la duda de lo que pudo haber sido y no fue. No puedo estar más de acuerdo con todo lo anterior.
Recién me contactó una persona que tenía años que no veía, casualmente pensaba en ella cuando recibí un mensaje saludándome y diciéndome que nos viéramos; ¡Bueno! Yo como "chinampina", empecé a pensar que eran señales, que seguramente se había dado cuenta que era el hombre que le convenía o con quien por lo menos se daría chance de "echarse unos brincos", que ya se había asumido, en fin... Empecé a pensar positivo y sinceramente olvidé o "pretendí olvidar" por qué me había retirado la primera vez; y recordé sólo las cualidades positivas: inteligencia, estatura, buen físico, que me gustaba como me veía a su lado, dedicación al trabajo y buena educación.
Quedamos de vernos para hacer ejercicio, entrenamos, noté ciertas señales como de "celos/ posesividad" que a fin de cuentas te halagan y hacen sentir que le interesas. Todo bien, de ahí a cenar, a gusto, buena plática; redescubrí todas sus cualidades y de plano le dije, no entiendo cómo no estás con alguien si eres un partidazo.
Como buen "soñador de clóset", obvié lo malo: ¡Que es en lo que siempre debes estar pendiente para ver si le interesas a alguién!: Desde el gimnasio se la pasaba viendo a otras personas "demasiado", diciéndome como le gustaba x o y, que se quería ligar a no sé quien, que lo había bateado alguien más... Era obvio, que yo no le gustaba tanto. En mi fantasía, pensaba que lo hacía para reafirmar su condición de género (de la cual estoy seguro no quiere asumir, aunque es obvia, Bi es lo de hoy), y que quizá yo no le gustaba para "andar", pero si para "divertirse" un rato ¡y no en plan de "compas"!
Luego de cenar, por supuesto yo invité la cena (luego de los 30 debes hacerlo, especialmente si quieres verte gentil, demostrar poder y sales con alguien menor), le dije que fuéramos a mi casa un rato, todo pintaba bien: aceptaba los cumplidos, decía que ya no era muy de antro, que nos siguiéramos frecuentando, que le gustaba plan tranquilo; y sorpresa, al decirle que íbamos hacia allá me dijo que NO; que no sentía la confianza todavía, que mejor fuéramos a algún bar a platicar y echar desmadre, que no tendría como regresarse (por supuesto le ofrecí pagarle el taxi de regreso), y lo peor: Que quería que nos viéramos como amigos -a pesar de que siempre fue obvio que me encantaba-, que entrenáramos juntos y compartiéramos conocimientos, y que platicáramos de vez en cuando. Le dejé cerca de su casa y de plano me dijo, ¡pero no hay que perder el contacto, eh..! ¡Qué horror! Cabe mencionar que en algún momento de la cita, me contó lo frustrante que era salir con alguien, invertir tiempo y dinero, para que no pasara nada ¡ni un besito! Y que me la aplica a mí.
Me sentí de la fregada, pero llegué a buenas conclusiones:
-Cuando sales con alguien y no "cuaja" la primera vez, está muuuuy cañón que se dé después.
-Si le gustas a alguién, te lo va a demostrar directo y te lo va a decir. Por supuesto, va a querer tener sexo ¡ya!
-Si alguien te cuenta de su vida amorosa, triste o frustrante, es obvio que le interesas como amigo.
-Lo que parece es, porque si no es, no tiene por qué parecer.
-Si camina como pato, suena como pato y parece pato ¡es un pato!
-Si ve tanto a otras personas y te dice que le gustan es porque quiere mostrarte que le gustan otras personas y que le gustan otras personas.
Y en este caso particular, sinceramente creo, que el ver con tan excesiva insistencia a otras chavas, es para demostrarse y que la gente vea que le fascinan las mujeres, aunque en mi opinión creo que no es así. Tengo amigos "meeega heteros" que neta, no se le quedan viendo tan fijamente, ni comentan a cada una de las viejas que pasan por el lugar ni hacen comentarios como que "debe haber una proporción entre el busto y las nalgas". El que con ese físico e inteligencia siga soltero y diciendo que las chavas no lo pelan, o lo batean, o que tiene mucha competencia, es seguramente porque a él tampoco le interesa tanto que eso pase ni luchar por ello. Seguro este cuate es 70-30 gay-bi y no lo quiere aceptar o mejor dicho (considerando el físico espectacular -para mí- que tiene y su fascinación por la música electrónica) no lo quiere aceptar conmigo porque "¡No le gusto, punto!".
Lo bueno de todo esto es que me di la oportunidad de salir; reafirmé que si algo no dio, no tiene por qué dar después; y recordé por qué la primera vez decidí alejarme, pasó exactamente lo mismo. La diferencia es que esta vez -a diferencia de hace años- si le quedó claro que me gustaba, que quería algo más y su respuesta fue no. ¡A aprender y seguir disfrutando/ viviendo la vida de soltero!